Si hay una cosa que me fascina es el fuego. Una vela tiene su gracia, pero una hoguera, con esas llamas bailando y cambiando constantemente de forma, es todo un espectáculo. Y si esas llamas son de color azul, pocas cosas hay que me gusten más.
Todos los años en estas fechas hacemos en nuestra casa una "queimada", que no es más que una excusa para reunirnos con amigos después de todas estas fiestas locas que nos tienen a todos desperdigados, visitando a nuestras familias. Merienda rica, buena compañía, y no necesitamos más para pasar una tarde estupenda.
Para quien no sepa que es una "queimada", pasen por aquí, aunque por supuesto, en nuestro caso nada tiene que ver con protección de malos espíritus y demás. Para nosotros es una bebida típica, y todo un espectáculo visual, que disfrutan especialmente nuestros amigos (muchos extranjeros) cuando lo ven por primera vez. Podría subir mil fotos del fuego, porque cada una es diferente. Y son las únicas que hice, porque el resto del día se me fue en preparativos para el evento y para la vuelta al cole...
Así que, aunque de tema monográfico, día 7 cumplido!
:-)
Son preciosas Rebe! La verdad es que el fuego y el humo dan para mucho. Una entrada muy bonita!
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