A paso de tortuga

Así deberían ir algunas cosas, despacito... Pero no, todo el día corriendo. He inaugurado oficialmente las olimpiadas con la maratón que he hecho esta mañana en casa, de un lado para otro, preparando maleta, organizando en tiempo récord lo que no he podido organizar el resto de la semana, corriendo tras el autobús a lo Usain Bolt... Hoy me merecía una medalla, aunque fuera de chocolate... Pero ni esa he tenido tiempo de tomar.

Ya en Marín, multitasking editando fotos, preparando post y viendo la inauguración de los Juegos Olímpicos (que me está encantando), después de disfrutar de una parrilladita de pescado en la terraza del abuelo, con dos niños menos de lo habitual, pero mucho mejor que hace unos días. Y de lo más entretenido con Pepita y Conchita, que este mes llevan más kilómetros en el cuerpo que Alonso...

"¿Qué tal el viaje, chicas? Ahora os doy la cena, si?"

Pepita ha crecido una barbaridad!! Ni me había fijado hasta hoy, que las llevé las cuatro horas de viaje a mi lado. Antes se las distinguía rápidamente por el tamaño, pero ahora con eso ya no vale.

De momento se las distingue por el color del caparazón (Pepita más verde y amarillo).

echando de menos su "chalet" de Salamanca, enorme y muy poco práctico para viajar,
así que pasan el finde en un "mini apartamento"

A David se le termina la buena vida, el ser el centro de todas las atenciones, el no tener que pelear con nadie por los juguetes (tanto es así que ya no le hacía gracia jugar con ellos...). 

Mañana recogemos a los campamentistas, con un diente menos (Mateo) y algunos kilos de cansancio más, pero seguro que felicísimos, por lo que he ido viendo en el blog del campamento. Lo que han disfrutado!

El tiempo (milagrosamente) nos acompaña otra vez, así que esperamos otro finde playero recargapilas, mucha terracita y mucho relax. 

Feliz finde!!