Día 10: Cerquita

Llegamos. Tengo que decir que estoy gratamente sorprendida de lo fácil que me lo han puesto mis tres tenores. Me costaba dormir la noche anterior ante la perspectiva de un viaje de mínimo 4 horas con tres niños menores de 7 años... y no ha sido para tanto! Parada a comer (increíblemente sin incidencias), siestorra que se echaron los tres, dándome un respiro de tanto cuento y tanta canción previos, y un rato de "¿cuando llegamos?", que no puede faltar en ningún coche con niños pequeños. Pero bien. Cuando quieren son unos angelitos.

Pero los angelitos cuelgan las vestiduras blancas en cuanto se juntan con sus primos... Es llegar y empezar a subir decibelios, a correr de un rincón a otro de casa de los abuelos, de abrazos y empujones en idéntica proporción... Unas risas, vaya. Y a veces se da un milagro: consigues que se queden quietos 3 segundos y click! (hay que inmortalizar los milagros, ya sabéis!).

absolutamente increíble: los 5 están mirando a la cámara y sin hacer muecas!!! ¿No os dije que era un milagro?

Luego, rato de parque, columpios, toboganes, y miles de "tesoros" de cualquier tipo (David viene a enseñarte cualquier cosa que encuentra... aunque sea un poco de gravilla...).

Y entre las tropecientas mil fotos que hice esta tarde (sol, niños, parque, colores, columpios... vamos, como para no hacer fotos!!), una secuencia de Noa, con casi 2 añitos ya, que se hace de rogar para posar y echar una sonrisa... pero poco a poco se la va convenciendo...

y ya la cosa se descontrola y termina en carcajada...

Y por hoy no edito más. Hay que reservar fuerzas para ir a recibir mañana a los peregrinos al Obradoiro!!  :-)

¡Que descanséis!