El post de hoy es un claro ejemplo de amor de madre fotógrafa aficionadilla. De esos días que haces trescientasmil fotos del mismo momento y todas te gustan, porque "aquí tiene la carita no sé cómo, aquí el otro está muy gracioso, el gesto es genial en esta otra..."... y al final no te puedes decidir por sólo un par de ellas.
En fin, sé que somos unas cuantas a las que nos pasa lo mismo, y pagáis el pato los pobrecitos inconscientes a los que se os ocurre pasar por aquí de vez en cuando, con una sobredosis de fotos casi iguales... pero diferentes y especiales todas sólo a los ojos de la madre de las criaturas.
Advertidos estáis. Porque no necesitan mucha más explicación...
¿Sigo?... ¿o ya os salen hojas por las orejas? Ha sido tan divertido que amenazo con repetir, incluso con un niño más. Luego no digáis que no avisé...
jajajaa pero qué lindos que son, tu pequeñin me recuerda al mio con los ricillos, q cara de pillos que tienen, las fotos como siempre preciosas!Hay que ver lo facil que es hacerlos felices...
ResponderEliminarun besazo wapa
Sara
Me encantan, Rebe!!
ResponderEliminarY hasta yo me unía a la fiesta de las hojas voladoras!!
pues a mi me encantan estas series precisamente por eso, por las caras que ponen! eso de tirar hojas da mucho juego!
ResponderEliminarOh, qué preciosidad de fotos, de serie y cómo disfrutaron!!!.
ResponderEliminarBesotes.