Amsterdam, Tarabelos y galletas

Doy por perdida la remota posibilidad de ponerme al día con las fotos. Por lo menos hasta dentro de un mes, cuando se me termine el contrato... y seguro que entonces encontraré muchas otras cosas en qué entretenerme, como organizar por fin los armarios, hacer limpieza profunda de la cocina, diseñar, comprar y montar el mega-armario que llevamos queriendo poner desde hace 2 años... en fin, todas esas cositas menos placenteras que editar fotos, pero probablemente más necesarias...

¿Fotos en el tintero? Muchas. Atrás quedó febrero con los cumples de Miguel y David, la escapadita a las Médulas, o semana santa con la visita a Eva en A Coruña (y Amandita, tan pequerrechiña, y lo que ha crecido desde entonces! parece otra niña!)... en fin, montones!!!

En Abril además nos fuimos de escapadita Alber y yo a Amsterdam. Y como siempre, mil fotos, y sólo he editado dos. La primera que hice (nuestra mesita de desayuno)...

... y una de las últimas, esas bicis, esos canales, esa tranquilidad... Fue un viaje de lo más especial y volvimos con las pilas cargadas para rato (y con unas ganas bici que para qué! Tanto pedaleamos allí que nos salimos de Amsterdam!). 

Iba a decir aquello de "os lo cuento otro día", pero para qué me voy a hacer ilusiones! :-)

En finde pasado fue especial también. Tuvimos la suerte de tener en nuestra casa a Tarabelos, que vinieron para hacer dos espectáculos en Salamanca y en otro pueblito cerca. Títeres maravillosos, historias preciosas, maquillaje facial, globoflexia... ¡como para no disfrutarlo!

El sábado David quería ser una vaca...

... Mateo, un tiburón (y lo que costó sacarle ese gris de los ojos...)

tanto diente dibujado, y tan pocos reales! :-)

... y Miguel, un leopardito muerto de sueño (que al final aguantó varias horas más despierto!).

El domingo tocaba sesión de títeres, y basta verles la carita para imaginar cómo se lo estaban pasando...

... y es que con semejante escenario, uno no paraba de abrir la boca una y otra vez!

Aún con restos del maquillaje del día anterior, tocó animal nuevo. Mateo quería ser una serpiente... pero lo que no quería era aguantar a la pesada de su madre haciéndole fotos...

Miguel eligió ser un hipopótamo, pero en cuanto le enseñé la foto que le acababa de hacer, decidió que no le gustaba y me pidió llorando desconsoladamente que se lo borrara...

David se lo puso más fácil a las maquilladoras, pidiendo un gatito...

... y Simón, que también vino al espectáculo, pidió otro clásico, un leoncito.

Lo de tener el cuentacuentos en casa era un chollo, con toda la energía que tienen estos tres, y ahí estaban Esteban y Ana con sus batallas de narices y sus "generadores de buen rollo" sin perder ni un momento las ganas de jugar como niños (cosa que deberíamos hacer todos!). Normal que Mateo llorara desconsolado cuando tuvieron que irse. Aún hoy, una semana después, sigue recordando lo triste que está porque se han ido. :-) 

Les despedimos con unas varitas mágicas para que siguieran repartiendo su magia muchos años más.

Y una semana después, aquí he estado hoy otra vez, galleteando, que cómo me lo paso entre fondant y cortadores!! 

Hoy tocaba preparar el día de la madre, así que unos corazones con mensaje fue lo primero que hice. Y me lancé a intentar mi segunda tarta fondant, esta vez sin tener a la profe cerca... Eso sí, el bizcocho esta vez me quedó perfecto!!! Nada de hundimientos ni parches de última hora.

Y bajo la atenta mirada de los tres golosos estos (rogando porque sobrara ganaché de chololate), empecé a montarla. Que ya hay que ser temeraria, solo a mí se me ocurre con estos tres cerca, llenar la mesa de fondant, cortadores, moldes, artilugios hiper interesantes... Pero no hubo estropicios importantes, y este fue el resultado.

El aparatito para hacer el pelo causó furor. :-)
Están deseando que llegue mañana para hincarle el diente!!

Aprovecho para desear a todas las mamás un muy...

y un dulce domingo! :-)