... como la vida misma, que da tantas vueltas...
Hemos pasado por todo tipo de modas y fiebres pasajeras en cuanto a "lo que mola" en tema de aficiones infantiles. Hemos coleccionado Gormittis (a pesar de lo horrendos que son), hemos cambiado cromos de Pokémon, las gomitas-pulsera con formas raras, y un largo etcétera. Pero este año sin duda alguna, la reina en los parques y coles es la peonza.
No sé muy bien cómo empiezan estas cosas, porque a ver, peonzas las hemos tenido todos de toda la vida, pero ¿en qué momento pasa a convertirse en una locura colectiva? De repente los niños solo hablan de los diferentes modelos que hay (que si la "Spider", la "Rolling" y qué sé yo cuantas más... me estoy haciendo un máster solo de escucharlos cada día!). Aprenden a lanzarlas de mil y una maneras (y cada técnica tiene su nombre también, para hacer otro máster!), a cada cual con más estilo.
Y así los tengo, todo el día peonza en mano, parando cada dos pasos por la calle para poder lanzarla de nuevo...
Y mientras a mamá lo que le da vueltas es la cabeza... A punto de lanzarme a las vacaciones "oficiales" (o sea, las que incluyen al padre de las criaturas), previo paso por el último examen de oposición, tengo una lista de cosas por hacer, en mi línea habitual, que da terror.
Pero intentaré tomármelo con calma y no intentar abarcar más de lo que mi salud y el sentido común me permite. Solo por saber qué se siente...
Nos espera mañana una boda muy especial (de la que llevo arrastrando fotos pre-boda esperando hacer un post desde hace casi un año...), y un último esfuerzo en el examen del lunes. En algún momento os contaré cómo ha sido la experiencia opositora de este año, porque merece un post aparte.
Pero vamos por partes, y de momento, toca disfrutar del fin de semana, que se presenta intenso y de lo más divertido.
Que lo disfrutéis!
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